sábado, 7 de enero de 2012

Prólogo.

- ¡Miranda! ¡Levántate o llegarás tarde al instituto!
Mi madre llamándome gritando, como siempre. Debería acostarme más temprano. Siempre digo lo mismo, y luego nunca lo llevo a cabo. Abren la puerta de mi cuarto.
- ¡Miranda! ¡Levántate ya o te tiro un cubo de agua encima!
- Ya voy... - dije bostezando.
Me quedé un rato pensando, cuando el cuerpo se me congeló entero. Sí, me había echado un cubo de agua.
- ¡Mamá! ¿¡Qué haces!?
- Levántate, o llegarás tarde. - me quedo quieta. - No me hagas echarte otro cubo de agua porque sabes que te lo echaré.
Entonces me levanto de mi cama y cojo la ropa para hoy. Me visto rápido y me voy sin desayunar, ya que voy tarde y no tengo hambre.
- ¿No desayunas? - pregunta mi padre. Leyendo el periódico como siempre. Todos los días igual, siempre la misma rutina. Y, siempre, hablándome con ese tono de asco.
- No tengo hambre.
- No te vas a ir sin desayunar, es la comida más importante del día. - dijo mi madre con tono seco.
- No tengo hambre, mamá.
- Pues si comer no te vas.
Me giro y voy a la puerta. Hago ademán de abrirla, pero al girar el picaporte, mi madre me coge el brazo y lo quita de la puerta, haciendo que se cerrase.
- ¡He dicho que no te vas a ir sin desayunar!
- ¿¡Quieres dejarme tranquila!? ¡No tengo hambre y punto!
- ¡No me contestes y vas a hacer lo que yo te diga! ¡Siéntate a desayunar!
- ¡Que no quiero mamá!
- Miranda, hazle caso a mamá... - dijo mi padre al fondo.
- ¿¡Queréis dejarme hacer lo que yo quiera!?
- ¿¡Lo que tú quieras!? ¡Tienes quince años, Miranda! ¿¡Qué pretendes!?
- ¡Que me dejéis en paz y que confiéis en mí! - las discusiones en casa siempre eran igual. Empezaban por una tontería y siempre acabábamos hablando de lo mismo. - ¡No me dejáis salir, no me dejáis quedar con una amiga a ir a su casa o algo, no me dejáis ni si quiera ir a la biblioteca a hacer tarea!
- ¿¡Cómo quieres que confiemos en ti después de lo que hiciste!?
Eso fue un golpe bajo. Como todos los que hacía mi madre. Me pongo nerviosa, pero no quiero hacerle nada a mi madre. Noto como los ojos se me ponen llorosos. Me deshago del brazo de mi madre, que aún estaba sujetando el mío, abro la puerta rápido y cierro con un portazo al salir. Pero después de bajar el primer tramo de escaleras, se abre de nuevo.
- ¡Ven aquí ahora mismo! ¿¡Te crees que puedes irte tan fácilmente!? - dice mi madre histérica, como siempre últimamente. Pero yo sigo andando, bajando las escaleras. Sin escucharla. Al final salgo del portal, y me dirijo al instituto andando. Saco el móvil y los auriculares de mi mochila y me pongo a escuchar música. Y mientras tanto voy pensando, pensando en lo mismo que pienso siempre.
Lo que hice fue por mi culpa pero, ¿por qué creen que lo hice queriendo? ¿Y por qué me lo van a echar en cara toda mi vida? Ya tengo suficiente con mi remordimiento.

3 comentarios:

  1. ¿que hizo para k no confien en ellaa?¿i por que tiene remordimientos?buua me a encantado el prologo creo k esta historia va a ser buena. publik pronto. te sigo>.<
    PD:verdaderamente eres una escritora de intriga y drama jeje*_*
    Besitoss
    Luna

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  2. A y se me olvidava PRIMERA!!! En seguirte y comentar jejeje

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  3. Hola parece estar interesante la historia y la verdad esque me identifico con el personaje, siempre digo que me ire a dormir temprano y acabo iendome a las doce y media jajaj, espero poder leer el capitulo 2 pronto que me tienes en ascuas!!!!!!!

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